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Fidel Castro didn't like rock music. Or hippies. In 1968, he launched a "revolutionary offensive" aimed at eliminating all remnants of capitalism. He also closed Havana's nightclubs for a year.

Castro aimed to cure Cuba once and for all of "ideological deviants," which included long-haired youth, homosexuals and any others the authorities simply had reason to mistrust. For Cuban authorities, The Beatles were viewed as harbingers of an imperialist offensive out to corrupt young Cuban minds.

Over the next two years, thousands of youth were swept up in a repressive crackdown. Among those caught in this burst of revolutionary fervor were two relatively unknown singer-songwriters whose names would become legendary a decade later: Silvio Rodríguez and Pablo Milanés.

The story of how these "deviants" were saved from oblivion and how, in turn, their music transformed the musical soul of revolutionary Cuba itself, is tied to the story of a short-lived rock fusion group, "Experimental Sound Collective of ICAIC" (ICAIC is Cuba's Film Institute), better known in Spanish as GESI.

Officially, GESI became the house band for the film institute, producing soundtracks for ICAIC's numerous projects. Unofficially, GESI served as a kind of cultural refuge for those whose artistic talents ran afoul of Cuba's ideological police. More fundamentally, GESI became a "musical think tank," as authors Deborah Pacini Hernandez and Reebee Garofalo have called the group. They were a diverse group of young, rebellious musicians at once committed to the revolution but determined to push against its aesthetically rigid ideological boundaries.

GESI formally existed from 1970 to 1978. Although prodigious in output, the group was initially barred from releasing its music on the radio or performing live. The idea was to contain these musical rebels, not reward them. As Rodríguez later lamented, the group was accused of making "songs with revolutionary texts and imperialist music." One such song is the sensational "Cuba Va!" This would translate as "Cuba Forward!" though English fails to convey the full exclamatory power of the Spanish. Take a listen:

The song was originally written for the soundtrack to a feature-length documentary montage, Cuba Va! (1971), by the British activist filmmaker Felix Greene. While the lyrics clearly endorsed the Cuban revolution, they convey a sense of liberation that is more metaphorical than expressly political: "We're talking about love/We're building for love/One would even kill for love/In order to keep on working for love/Let no one interfere with the ritual/We want to love in peace/And to proclaim with a shout, Cuba Va!" This was true of many of the arrangements by GESI, and became characteristic of the "Nueva Trova" (New Troubadour) movement that grew out of this experience.

Nueva Trova was not a rock movement, though certain artists' indebtedness to a rock sensibility was clear. In spite of Castro's early efforts to squelch these artists' ideological transgressions, Nueva Trova came to embody Cuba's revolutionary sound, a sound that Castro would ironically come to embrace.

And that wailing electric lead guitar? It was played by the young American, Pablo Menéndez, who visited Cuba at age 14 in 1966 and stayed to join the revolution. More on Menéndez and his impact on Cuba's rock trajectory in a coming post.

Eric Zolov is Associate Professor in the Department of History at Franklin and Marshall College, author of Refried Elvis: The Rise Of The Mexican Counterculture (University of California Press) and Rockin' Las Americas: The Global Politics of Rock in Latin/o America, co-edited with Deborah Pacini Hernandez and Hector Fernandez L'Hoeste (University of Pittsburgh Press). Eric will offer an occasional glimpse back the history of this music that we are now calling Latin Alternative and rock en Español.

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English / Spanish

La Historia Del Rock Latino: El Rock Cubano Y La Revolución

A Fidel Castro no le gustaba ni la música de rock, ni los hippies. En 1968, lanzó una campaña con el objetivo de eliminar todos los vestigios del capitalismo que quedaban en Cuba. También cerró las discotecas de la Habana por un año.

Castro quería curar a Cuba de una vez por todas de la "desviación ideológica": la juventud de pelo largo, los homosexuales y cualquier otro grupo del cual las autoridades desconfiaban. Las autoridades cubanas veían a los Beatles como presagios del un ataque imperialista que intentaba corromper las jóvenes mentes cubanas.

Durante los siguientes dos años, miles de jóvenes se vieron afectados por la represión. Entre aquellos jóvenes atrapados por el fervor revolucionario se encontraban dos cantautores relativamente desconocidos, que se volverían legendarios una década después: Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.

La historia de cómo estos dos jóvenes se salvaron del olvido y a la vez, de cómo su música se transformo en el alma musical de la revolución Cubana, comienza con un grupo de rock, que no duró mucho pero fue muy importante: el "Grupo De Experimentación Sonora del ICAIC" (el ICAIC es el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos). También se los conoció como el "GESI".

El GESI se convirtió en la banda oficial del ICAIC. Pero por otro lado, el GESI servía como una especie de refugio cultural para aquellos artistas cuyos talentos no le caían bien al gobierno. Según las autoras Deborah Pacini Hernandez y Revé Garofalo, el GESI se convirtió en un "centro estratégico musical." Estaba compuesto por un diverso grupo de jóvenes músicos rebeldes comprometidos con la revolución, pero a la vez deseosos de romper los rígidos moldes ideológicos que el gobierno revolucionario les imponía.

El GESI existió entre 1970 y 1978. Aunque eran increíblemente prolíficos, en un principio el grupo tenia prohibido tocar su música en la radio o en vivo. El objetivo del gobierno no era celebrar a estos músicos rebeldes, sino contenerlos. Años más tarde Rodríguez lamentó que al grupo se lo acusó de componer "canciones con textos revolucionarios y música imperialista." Un ejemplo es la sensacional canción "¡Cuba Va!

Esta canción fue escrita para la banda sonora del largometraje documental Cuba Va! (1971), dirigida por Felix Greene, activista y cineasta Británico. Aunque las letras de la canción claramente apoyan a la revolución Cubana, transmiten una sensación de liberación metafórica y no expresamente política: "Del amor estamos hablando/Por amor estamos haciendo/Por amor se esta hasta matando/Para por amor seguir trabajando/Que nadie interrumpa el rito/Queremos amar en paz/Para decir en un grito/¡Cuba Va!". Este fue el estilo de muchas composiciones del GESI, y luego se convirtió en una característica de la Nueva Trova, un movimiento que surgió a partir de esta experiencia.

La Nueva Trova no fue un movimiento de rock, aunque ciertos artistas de la Nueva Trova le deben mucho a las sensibilidades del rock. A pesar de los esfuerzos de Castro por aplastar las transgresiones ideológicas de estos artistas, la Nueva Trova se convirtió en el sonido de la revolución cubana, un sonido que irónicamente, Castro finalmente abrazó.

Y esa guitarra eléctrica que se oye en "¡Cuba Va!" se trata de un joven norteamericano, Pablo Menéndez, que visitó Cuba a los 14 años en 1966 y se quedó para luchar por la revolución. En el próximo artículo de esta serie hablaremos acerca de Menéndez y su impacto en la historia del rock Cubano.

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